De su hija: Ruth Franky de Echeverri
Tengo aun frescos los recuerdos de mi padre Ramon Franky Galvis que murió en 1.971, y a pesar de la temprana horfandad en que nos dejo la muerte prematura de mi madre, María Rojas de Franky, el lleno nuestras vidas con su amor,sus enseñanzas, su dedicación a nuestro hogar, el cuidado que tomo de nuestra familia, en ausencia de la madre hasta alcanzar que todos sus hijos permaneciéramos unidos, cumpliéramos nuestros compromisos educativos y luego formaramos nuestros propios hogares.
Siempre recuerdo lo atento y cuidadoso que fue cuando mi hermana mayor Nativa, Bettyna y yo nos enamoramos y nos casamos, su celo, sus consejos, el trato respetuoso y responsable con nuestros novios, orientación para contribuir a que tuviéramos unos hogares estables y felices.
Fue muy celoso de nuestras costumbres, de las diversiones, de las modas que usábamos, de los sitios a los que nos permitía ir siempre en compañía de nuestros hermanos Ramón y Heli y nosotras siempre respetamos y acatamos sus mandatos.
Nos exigia ser muy cuidadosos con el lenguaje y nunca nos permitió decir palabras descompuestas. Le encantaba que aprendiéramos recitaciones entre ellas una de su autoría que de niños todos recitábamos: Flores de trapo.
En nuestras fiestas familiares el nos organizaba las veladas en las cuales todos participábamos con cantos, bailes, recitaciones y el mismo declamaba sus poemas. Nos inculco una gran formación religiosa, la Misa y el Rosario diario fueron sagrados en nuestra familia. Bendigo la memoria de mi padre y se que mis hijos y mis nietos tienen respeto y amor por su recuerdo.